lunes, 12 de marzo de 2012

Los coches de los borregos

Como la estupidez insiste siempre en todos los ámbitos, la elección del vehículo no iba a ser menos, la culminación del borrego medio es adquirir un huevo a coste de berlina. Deconstruyamos el bmw serie 1:


Se trata de un compacto inspirado en un huevo y el perro de la historia interminable, donde cualquiera de la competencia le mil patadas en diseño e interiores, con las mismas o mejores prestaciones, valiendo la mitad. No les  importa ningún referente válido, solo una insignia. Curiosamente este coche SOLO LO QUIEREN EN BLANCO, de hecho me apuesto mi cojón derecho que si les ofrecieran una rebaja de 5000 euros por tenerlo en otro color que no sea blanco la rechazarían . Su salpicadero va 3 generaciones por debajo de los actuales, de hecho un seat panda podriá rivalizar contra ello.

Quítale el navegador que no viene de serie
y poca diferencia habrá con el de arriba

Ahora vayamos al golf. Este coche ha tenido muchas generaciones.


En su última generación, sufro de una especie de daltonismo que me impide diferenciar entre el golf y el polo. Pagar mucho más que cualquier compacto de la competencia por un coche que parece un utilitario con interiores de varias generaciones atrás no es muy inteligente.

                                                                        ¿Polo o golf?

Si nos fijamos en los dueños de estos dos vehículos, nos damos cuenta de que todos tienen el mismo perfil. Joven semi-analfabeto con trabajo precario mal pagado, su mascota es un pitbull o un frenchie (muy curioso), obsesionado de algún deporte borrego (gimnasio, natación o footing), amante de ruído la música electrónica, y perrito faldero de las mujeres. No hay ninguno que salga de ese perfil Digamos que están profundamente atrapados por la ola borrega (ya hablaré de ello) y todos los patrones borregos presentan manifiesto en sus vidas. Cuanto más atrapados están más patrón uniforme.

Si los comparamos con gente acaudalada, éstos no se endeudan ni siquiera ni un tercio de su sueldo con la letra del coche, aunque lleven coches lujosos. Sin embargo nuestras amebas no dudan en endeudarse en una insignia pegada a un huevo pagando un compacto que parece utilitario a precio de berlina.

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